Restauración de pavimentos de baldosas: arte y dedicación
Los suelos, al igual que otros elementos, no son inmunes al paso del tiempo y al desgaste. Sin embargo, la restauración de un pavimento de baldosas es un proceso que puede devolverle su antiguo esplendor.
Este trabajo requiere paciencia y cuidado, como si estuviéramos restaurando una obra de arte.
El desafío de restaurar pavimentos de baldosas
Los suelos de baldosas pueden sufrir desgaste con el tiempo, pérdida de color y daños por diversos motivos, como manchas de aceite, ceras antiguas, óxido, quemaduras o arañazos. Incluso pueden presentar desconchones o roturas.
Para restaurarlos adecuadamente, es esencial entender el alcance de los daños.
Renovación de pavimentos cerámicos
La tarea de restauración de suelos de baldosas varía según el estado del pavimento. Si solo se trata de una baldosa suelta o rota, se puede reemplazar por una idéntica, siempre que esté disponible.
No obstante, si el daño es generalizado, como en el caso de una casa antigua que deseamos reformar manteniendo su suelo original, se requerirá la restauración de todas las baldosas.
Este proceso puede llevarse a cabo sin retirar las baldosas, pero con mayor esfuerzo y dedicación, se pueden remover una por una para su restauración y posterior reinstalación.
Restauración sobre el suelo
Si optamos por trabajar directamente sobre el suelo, el primer paso implica retirar con un cincel las baldosas rotas o dañadas.
Si no es posible encontrar piezas idénticas para reemplazarlas, se pueden intentar reparar utilizando masilla, lijado y pintura.
Una vez que la pieza está restaurada, se vuelve a colocar en su lugar utilizando cemento o mortero, limpiando los excesos con papel de periódico. Una vez que todas las baldosas estén secas, se procede a restaurar el resto del pavimento.
La técnica del pulido
El pulido es una técnica comúnmente utilizada. En este proceso, se utilizan platos de arrastre equipados con segmentos de diferente grano según el desgaste de las áreas.
Una vez que el suelo está pulido, se aplica flúorsilicato de aluminio diluido o resina, lo último siendo más sencillo de aplicar.
Estos productos se utilizan para lograr un acabado satinado o brillante, además de proporcionar un tacto suave y duradero, realzando los colores.
El vitrificado para un brillo duradero
Para darle un brillo adicional, se puede aplicar un vitrificado. Después de asegurarse de que el suelo esté bien seco y limpio de los productos anteriores, se aplica un impermeabilizante para protegerlo.
Si se desea cambiar el color del suelo, es importante recordar que esto debe hacerse antes de aplicar productos de brillo e impermeabilización.
Se recomienda el uso de pinturas epoxi para baldosas, aplicadas con un rodillo de espuma o un pincel ancho según la preferencia y el tiempo disponible.
Restauración detallada baldosa por baldosa
En trabajos minuciosos de restauración, las baldosas se retiran individualmente y se someten a un proceso independiente con dedicación.
Cada baldosa se repara, pule, pinta y protege de manera individual.
Posteriormente, se vuelven a colocar, resultando en un suelo completamente restaurado que parece nuevo, pero conserva su historia y origen.
La restauración de pavimentos de baldosas es un proceso que requiere esfuerzo, pero el resultado puede ser asombroso. Para llevar a cabo este tipo de trabajo con éxito, es fundamental contar con la experiencia de profesionales que entiendan la delicadeza y la dedicación necesaria para preservar la belleza de estos suelos.